Alma de gigante
María del Carmen Ospina Arboleda
Despertarse no siempre es fácil, hay días mejores que otros, pese a ser una mujer de alegría contagiante, en las mañanas antes de comenzar su rutina debe luchar contra sus pensamientos. Es de piel morena, grandes ojos cafés, cabello negro y de baja estatura, pero con un alma enorme.
Aunque los médicos no creían que María del Carmen Ospina Arboleda viviera más de 10 años, hoy, sigue luchando y soñando. Proveniente de una familia de Chinchiná con tal solo un año fue la única de sus 12 hermanos en contraer el virus de la poliomielitis, lo que causo deformaciones óseas en su cuerpo y dificultades en el desarrollo.
La polio es una enfermedad contagiosa causada por un virus que invade el sistema nervioso y puede causar deformaciones, parálisis o la muerte. Generalmente se presenta en niños menores de 5 años.
Se define como una mujer testaruda, noble, cariñosa, pero sobre todo luchadora a la que nada le queda grande. María, aunque no tenía necesidades, desde joven anhelo superarse “quise aprender a leer, entonces le dije a una monjita que me regalara un catecismo, juntaba las letras y pronunciaba las palabras y cuando tenía dudas iba y preguntaba. Mi mamá me decía que le parecía una bobada, pero así aprendí” manifiesta María entre risas.
Fue una niña solitaria, se escondía de las visitas y no le gustaba tratar con las personas, creció conociendo sus capacidades, pero con el temor de mostrarlas y sufrir el rechazo. Trabajó limpiando baños, en una tienda de tejidos, electrodomésticos y en Super Servicios del Valle, donde lleva 22 años sirviendo con actitud y compromiso.
“Veía a las colocadoras vendiendo el chance y quise hacerlo también, insistí bastante hasta que me dieron la oportunidad de entrar” y aunque por los problemas de salud derivados de su condición debe ausentarse en repetidas ocasiones, María sabe que siempre tiene las puertas abiertas.
“A la empresa le agradezco mucho, la paciencia que me han tenido, las ayudas, el apoyo, todo (…) Nunca en la vida pensé que fuera a trabajar en el chance, pero me gusta mucho trabajar aquí, tanto que ya llevo 22 años”
Ser parte de Super Servicios, no solo la ha ayudado a cumplir sus metas económicas, le dio la oportunidad de creer nuevamente en la gente, de tratar con ella y descubrir que, aunque algunos son “malos” y se burlan de ella, hay personas maravillosas dispuestas a conocerla más allá de su exterior.
“Estoy guerreándomela, no me quiero salir y defraudarlos, seguiré trabajando hasta que me canse”